Es largo el camino que voy dejando atrás
pero me quiero ligero de su equipaje,
que de nada me sirven tantos azares,
ni los viejos caminos ni el azul del mar,
si en su interior no siento como late, late
el frágil arte de la ternura...
De tu amor lo espero todo y tanto espero
que con él escribo un canto para mi
atardecer,
amo el ansia de tus ojos,
el impúdico arco de tu cuerpo
desnudo,
pero, amor, te quiero todavía más y siempre, más aún
sabiéndote
esclavo de la ternura...
Del dulce latido de la ternura
que
espera...
la ternura
que exalta...
la ternura
que nos cura cuando
atemoriza la soledad
El mundo que vivo no lo siento mío a menudo
y
conozco los porqués de una revuelta:
miseria y guerra, hambre y
muerte,
fascismo y odio, rabia y miedo,
rechazo un mundo que llora estas
penas, tanta pena,
pero de repente... llega... la ternura.
Ah, si no
fuera por la ternura
que espera,
la ternura
que exalta,
la
ternura
que nos cura cuando atemoriza la soledad.
"Ciegos son aquellos que no ven lo invisible" Carlos Edmundo De Ory
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