Cuando leo tu nombre
y me froto tu carta por el rostro dolorido
y húmedo de mar
se me quita el dolor y se me pone
una sonrisa en el labio viudo de ti...
y me llena tu voz porque me llamas
y sé que tú me oyes porque llamo.
y me llena tu voz porque me llamas
y sé que tú me oyes porque llamo.
Una carta de amor sobre la herida
cura más que un quirófano.
Carta de verano desde el Sanatorio Marítimo.
Gloria FUERTES
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