Rafa Mora y Moncho Otero (Montxo Musica) con sus "Versos sobre el pentagrama" tendrán como poeta invitada a Ana Montojo...
Estos cantautores y poetas, como siempre, poniéndole música a la música del poema
(que no es nada fácil) y haciendo difusión y fomento de la poesía a través de la música.
(que no es nada fácil) y haciendo difusión y fomento de la poesía a través de la música.
¡Buena música y buena poesía!
El domingo 17 de abril a las 19:30 horas
en el Café Libertad8
c/ Libertad 8 de Madrid
en el Café Libertad8
c/ Libertad 8 de Madrid
Moncho Otero y Rafa Mora
Click: https://www.facebook.com/events/589585827856409/
Click: http://www.versosobrelpentagrama.com/content/el-proyecto-versos-sobre-el-pentagrama
Click: http://www.versosobrelpentagrama.com/content/el-proyecto-versos-sobre-el-pentagrama
Ana Montojo
"LA SOLEDAD"
La soledad, a veces, es un cálido
refugio que nos pone
a buen recaudo, a salvo
de inútiles tristezas.
Una se queda en casa y en silencio,
a poder ser, con una cajetilla,
un libro entre las manos,
alguna de esas músicas que nos cantan recuerdos
que no existieron nunca
y un día por delante; todo un día
para creerse libre
de opinar y sentir lo que le plazca,
aunque a veces se salga de los límites
del pensamiento único
-esa rígida suma
de teorías rotundas, sin matices-
y hasta de cuestionar lo incuestionable.
La soledad a veces nos protege
de según qué momentos que, de golpe,
nos hielan la sonrisa y nos dejan temblando,
lo mismo que un absurdo tentetieso
en medio de la calle.
refugio que nos pone
a buen recaudo, a salvo
de inútiles tristezas.
Una se queda en casa y en silencio,
a poder ser, con una cajetilla,
un libro entre las manos,
alguna de esas músicas que nos cantan recuerdos
que no existieron nunca
y un día por delante; todo un día
para creerse libre
de opinar y sentir lo que le plazca,
aunque a veces se salga de los límites
del pensamiento único
-esa rígida suma
de teorías rotundas, sin matices-
y hasta de cuestionar lo incuestionable.
La soledad a veces nos protege
de según qué momentos que, de golpe,
nos hielan la sonrisa y nos dejan temblando,
lo mismo que un absurdo tentetieso
en medio de la calle.
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